Esta semana se celebraba la fiesta anual de CxG Corporación Caixa Galicia, y Nacho López y su compañero Paco lo sabían.
Habían decidido saltar de espontáneos en medio de la fiesta con sus guitarras
Nacho, encerrado en su habitación, entre folletos de cursos de guitarra de CCC y de CEAC, practicaba compulsivamente con su vieja "Estatocaste" desde hacía dos meses.
Llegó el día de la fiesta, en la que no estaba prevista la serenata. Nacho picoteaba los canapés nervioso con su compañero Paco, que le iba a acompañar en el improvisado recital. Paco no lo sabía, pero Ignacio ya había decidido su estrategia. Invitaría a Paco a lanzarse y, según le fuera, él actuaría.
¿De dónde sacó Nacho la guitarra?. No se sabe.
Nacho, tras sus segunda canción, al no ver a nadie prestando la más mínima atención, decidió con la perspicacia que le caracteriza dar por finalizado su concierto y con la misma cogió su guitarra , se levantó y se fue.
-¿A dónde vas?, le increpaba Paco que iniciaba los primeros acordes de "Un pueblo es, un pueblo es, un pueblo es"
Ignacio nunca más volvió.
Aprovecho la difusión de esta crónica para pedir que alguien se acerque al lugar de la fiesta a rescatar a Paco que está ahora mismo con "Caballo que galopas a mi yegua", de Juan Pardo.
Nacho, encerrado en su habitación, entre folletos de cursos de guitarra de CCC y de CEAC, practicaba compulsivamente con su vieja "Estatocaste" desde hacía dos meses.
Llegó el día de la fiesta, en la que no estaba prevista la serenata. Nacho picoteaba los canapés nervioso con su compañero Paco, que le iba a acompañar en el improvisado recital. Paco no lo sabía, pero Ignacio ya había decidido su estrategia. Invitaría a Paco a lanzarse y, según le fuera, él actuaría.
Así fue. Paco saltó al escenario y Nacho, viendo que no se podía cantar peor, no tardó en secundarle ("Con lo mal que lo está haciendo éste yo voy a parecer Eric Clapton",- pensó taimadamante).
¿De dónde sacó Nacho la guitarra?. No se sabe.
¿De dónde la cinta que se puso en el pelo tipo Bob Dylan?. Tampoco.
Lo cierto es que de sus ágiles dedos salían los acordes más bellos. La melodía le hacía flotar, con los ojos cerrados y mordiendo con rabia cada punteo. El público estaba totalmente entregado a las bandejas de langostinos que por la sala de al lado circulaban.
Nacho, tras sus segunda canción, al no ver a nadie prestando la más mínima atención, decidió con la perspicacia que le caracteriza dar por finalizado su concierto y con la misma cogió su guitarra , se levantó y se fue.
-¿A dónde vas?, le increpaba Paco que iniciaba los primeros acordes de "Un pueblo es, un pueblo es, un pueblo es"
-Voy a por una trompeta y vuelvo a hacerte los coros.- Contestó un huidizo Nacho López, haciendo mutis por el foro.
Ignacio nunca más volvió.
Aprovecho la difusión de esta crónica para pedir que alguien se acerque al lugar de la fiesta a rescatar a Paco que está ahora mismo con "Caballo que galopas a mi yegua", de Juan Pardo.
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